sábado, 1 de enero de 2011

El Misterio


Una mañana de nieve, así, con los pies descalzos salí a vagar por las calles heladas de un estado, algo lejos de esta ciudad. sentí soledad, sentí la muerte siguiendo mis pasos, también sentí el amor de alguien que no encontraba en ese espacio ni ese lugar(un ser futurista quizá). Y paré como siempre en un lugar que hacía escuadra, ahí, en ese triángulo físico, resolví el misterio de la humanidad y de Dios. Resolví haberme visto hacer todo ese recorrido hasta llegar a la dichosa escuadra, pero en una tercera persona, en algo que ni tú ni yo podemos ahora, concluir.

Olimaconet Hernández.

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